miércoles, 2 de julio de 2014

Ranrapalca

Seguimos con la rutina huaracina. Unos días de monte y un par de relax por Huaraz. Bien, no?
Después de la visita a La Esfinge volvemos a cambiar el magnesio por los piolos.

De nuevo en la Quebrada Ishinca con la ayuda de los caballos
Esta vez le toca escoger a Genciana. Más me vale, je, je!!!
Bajando del Ishinca se quedó prendada de la cara norte del Ranrapalca (6162m), este año en muy buenas condiciones. Se trata de una bonita vía de nieve a 55° con tres cortos tramos de mixto que te dejan en la antecima de esta montaña.

La cara norte del Ranrapalca (6162 m)
Preparamos trastos y nos vamos con el arriero al campo alto a 5000 m.
Aquí la luna nos juega una mala pasada y con el cambio lunar anuncian unos días de mal tiempo. Sólo llegar al lugar empieza a nevar. Por suerte poca cantidad, pero deja empapada la ropa de Genciana y al sonar el despertador abortamos misión y seguimos roncando en la tienda.

Montando la tienda bajo los caprichos lunares
Vista la meteo y un refugio libre 50 m más arriba, decidimos mudarnos a las comodidades de este.
Aprovecho para subir el material a pie de pared y así tener controlada la aproximación para mañana.
La luna vuelve a hacer de las suyas y esta vez la nevada es bastante más abundante, con lo que mañana tampoco será el día.
Parece que los caprichos de la luna han terminado ofreciéndonos un espectacular día que aprovechamos para bajar al CB  en busca de comida.

Bajando al CB a buscar comida mientras se limpia la pared de la nevada

Buenas vistas del Tocllia (6032 m) raramente despejado
Al fin parece que los astros se alineen para atacar la pared esta noche.

Cara norte del Ranrapalca desde el refugio Longoni (5000 m)
Aunque sea una cara norte, aquí en el hemisferio sur, sería el símil a las caras sur de casa. Vamos, que les pega el sol de lleno todo el día, con lo que no queda más que madrugón y diana a las 11 de la noche.

Genciana en el cono de entrada
A esta hora no sabes si estás desayunando o cenando, pero de cualquier manera entre comer y aproximación empezamos a escalar a las 2:40 de la madrugada.

Llegando a una corta zona mixta
Genciana saliendo de este tramo
Teóricamente no tenemos séracs por encima y la nieve está bien asentada, pero el crujir de algunos séracs de montañas vecinas, aludes que sonaban cercanas y demás nos estremecían el corazón.

En la pala de nieve hacia la banda rocosa en mitad de pared
Paso a paso, después de 300m de escalada, llegamos al primer tramo de mixto donde nos encordamos.

Genciana llegando al tramo mixto 
Con un larguito de unos 50 m nos metemos en la siguiente rampa de nieve de unos 500 m, esta un poco más inclinada. En este tramo nos encontramos con unas caprichosas formas de la nieve en forma de pétalos que utilizamos a modo de escalera facilitando mucho el trabajo de nuestros gemelos.

Caprichosas formas de la nieve que agradecen nuestros gemelos
Hacia las 7 de la mañana, después de poco mas de 5 horas de escalada, ya estamos al pié del último tramo mixto y a las 8 llegamos a la antecima del Ranrapalca a unos 6070m. Aquí nos sorprende un fuerte viento no muy habitual en esta montaña.

Genciana en plena pala 



Genciana en la reunión justo antes del último escalón rocoso
Escalando el escaloncito mixto

Genciana llegando a la antecima del Ranrapalca a unos 6070 m
El viento, sumado a una arista cimera bastante cargada de nieve nos hace dejar a un lado la cima y empezar el descenso por la cara noreste.

La arista cimera
Aunque sin cima, contentos de escalar la vía
Después de varios rápeles por una zona mixta, desgrimpes y algún que otro rápel para sortear las rimayas de esta cara, nos encontramos en un plató en medio de un glaciar.

En plena bajada después de pasar la rimaya
La teoría dice que tendríamos que ir hacia la derecha (al norte), pero no lo veo muy claro y decido ir en dirección contraria por una zona con aparentemente muy pocas grietas.

Siguiendo mi intuición
A veces la intuición no engaña y unas dos horas más tarde estamos al pié del glaciar ya fuera de todo peligro.

Aunque en la arista sur-este, ya fuera de peligro
Aunque la opción correcta era seguir por el lado contrario al que fuimos, este pequeño error nos obligó después a cruzar toda la cara noreste del Ranrapalca para luego ascender al collado Ishinca y así poder volver a nuestro valle.

Genciana llegando al Col Ishinca

Metiéndole un buen lingotazo al manjar (o dulce de leche) en el Col Ishinca
Al final, en esto del alpinismo, lo que cuenta es llegar enteros a casa. Aunque esto te suponga tener que andar unas horas más.

De vuelta a Huaraz. Esta vez sin caballos

Salut i bones escalades a tohom!!

1 comentario:

  1. Gracias Tato por compartir momentos inolvidables conmigo. Nos ha costado 8 años saber jugar a bolsa pero al final hemos conseguido encontrar el equilibrio y disfrutar los dos viajando y escalando. Vuelvo a casa con pilas cargadas para trabajar duro en verano y poder repetir pronto aventuras juntos.

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